
“Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se reúnen para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quienes integraran los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternadamente a sus futuros compañeros. Se supone que los más diestros serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que esta esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en que medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas advertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez mas demorada.
Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observo que sus decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber que sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.
Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos mas queridos. Por eso elegía a los que estaban mas cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.
El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudaran, lo comprenderán, lo alentaran y lo perdonaran. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, mas vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables”
Pasaron apenas dos horas del pitazo final y aun se repite en mi cabeza la imagen del arbitro sellando el definitivo pase a la final, es por esto que no quiero dejar pasar la oportunidad de expresar la inmensa alegría de formar parte de este grupo de amigos, que la historia de esta noche, es para mi la victoria de un grupo de amigos que definitivamente se ha superado a si mismo, amigos nuevos, amigos viejos, amigos que se fueron pero que siempre están, en fin…amigos. Decirles de alguna forma la emoción que siento de pertenecer a este grupo que llego silbando bajo, dejándome ser testigo preferencial del esfuerzo y la alegría de esta noche. Me llevo para mí las fotos de mis dieciocho amigos dejando el alma por un premio merecido, y la de otros tantos pegados a la línea quemando palmas y de dos amigos desgranando la voz para reclamar hasta lo menos evidente.
Amigos esta noche se cumplió, un equipo de amigos es invencible y no hay campeón que pueda con ellos, no me quedan mas que palabras de agradecimiento por esta merecida alegría. Salú finalistas.
Clemente.
P.d.: Pido perdón por el amateurismo de mis palabras frente a las mas elevadas plumas de nuestros amigos Federico y Pablo.
2 comentarios:
Ayer vía celular me enteré de la épica victoria del Tricolor. En realidad existió un suspenso de unos 15 minutos. Cuando llamé por primera vez, Andi contestó presuroso por cortar y seguir atento al juego. "Ganamos 1 a 0. Faltan 8, llamame en 15", respondió en medio de una indudables indicaciones de un desaforado colorado.
La espera estuvo repleta de hipótesis y conjeturas. "Y si empatan? Andrés, no me atiende más", mi voz interior decía "ya está, está ganado"... pero había que pegar otro tubazo. Y así, el triunfo fue definitivo. Gracias muchachos, el regreso del laburo nunca pudo ser más feliz. Un escalón los separa del cielo, aunque para mi ya se ganaron vacaciones en el paraíso. Abrazo, Fede.
Gran relato y destacado contenido. Todo ello que ayude a avispar mentes siempre es bien recibido.
Salutes
VAMOS POR MAS
Il russian
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