2/9/11

El calor de un jueves fresco! // 1ra ByC 2011 CAP XV





Un jueves fresco, común y corriente, logró extrañarse y desautomatizar a los jugadores de Sholem. No era un día más, en la categoría B el equipo de Caning recibía al puntero. En una liga donde el buen fútbol es escaso y los asados suelen priorizarse antes que el entrenamiento, el Redondel (a quien algunos llaman “Círculo”) encabeza la liga gracias al pelotazo, al viento y a la falta de firmeza de las defensas rivales. Sholem fue advertido de esto pero, una vez más, no logró plasmarlo en el campo.




Por Tomata Cuellito Schuliaquer


De pronto, si bien nunca perdieron la concentración, los jugadores locales empezaron a admirar que la cancha estaba llena. Su hinchada compañera estaba ahí para apoyar al equipo, sin importar que fuera día de semana y se deshicieron en excusas de todas sus labores para poder estar junto al equipo de Canning. Los canticos comenzaron y los ojos de muchos jugadores, aún en medio del partido, se llenaron de lágrimas: sabían que tenían una banda que los alentaba y les perdonaba sus errores. Sólo querían promulgar la unión que desembocara en el ascenso. “El club debe volver a donde pertenece”, esbozó en tono amenazante el ex jugador del club, Luciérnaga (Lucho).

Los centrales de el rojo no escatimaron en esfuerzos y pudieron insultar al fútbol, aunque lo disfrazaron de lanzamiento de pelota. No intentaron jugar la pelota al piso y siempre buscaron a los dos delanteros, escasos de pelo, que aprovecharon las desatenciones de una defensa que no consigue afirmarse en el campo. De veinte rechazos, dos fueron conectados por aquellos corredores que conquistaron el arco de Cristian Campestrini, para conectarse con la red. De esta forma, sin merecerlo, el líder se puso dos a cero en ventaja. Pero la belleza y la estética no están muertas en el fútbol. Al menos, sobreviven cuando juega Jhony Ce (más conocido como El Pitti). Si bien tuvo la trascendencia que suele aquejar, mantuvo sus trancos largos, manos a los costados y su pegada magistral. “Verlo jugar al fútbol a Jhony Ce es más hermoso que el video de Silvina Luna”, declaró Bi Jay (Juanba) desde la tribuna.

En medio de esta derrota, la hinchada no aminoró su aliento y se hizo sentir más que nunca. Era difícil comunicarse dentro del campo de juego: los gritos de afuera encubrían cualquier intento de diálogo interplayers.

Agarró la pelota decidido, sin permitir que nadie se la pida y la deslizó en su botín derecho imponiendo en el balón una curva que, si bien algunos lo catalogaron como “un centro de mierda”, rebotó en el hombro derecho de Pachorra y le quedó servida al goleador Ya Casi No Soltero que embolsó el descuento.

El entretiempo, como consecuencia de este descuento, llegó sin cabezas bajas. El equipo sabía que podía dar vuelta la historia y, principalmente, ya podía percibir que Gonorrea (Gonza) comenzaba a prender el fuego. Muchos desviaban la vista y no lograban concentrarse en el partido que todavía esperaba su parte más importante. El tres del equipo se acercó a la parrilla, y cuidándose de que el DT no lo viera, manoteó una rodaja de morcilla. Luego, ya con más ganas, salió a comerse a los rivales con el mismo disfrute con el que había ingerido ese pedazo de paraíso.

Con capuchas y camperones, varios hinchas “caracterizados” se acercaron a pedir garra a los jugadores. El aliento, sin embargo, no cesaba.

Si el planteo del equipo puntero había sido feo en el primer tiempo, en el segundo no fue menos que vomitivo. Con dos líneas de cuatro caballos y dos chihuahuas arriba, mantenían el resultado a través del pelotazo. La defensa tricolor, ya más firme y con el viento a favor, se aseguró de no correr más riesgos.

Cuando promediaba el entretiempo, gracias al empuje de los más de cien hinchas que se acercaron al estadio, Sholem consiguió un córner que determinaría el resultado. Loquito Geriátrico (Germán) agarró la pelota y la colocó en el centro del área. Pachorra, en un salto tan precioso que podría haber sido efectuado por Julio Boca y con un gesto técnico que mereció ser fotografiado, logró impactar la bola confirmando el empate. Locura, goce y canto.

Los hinchas invadieron el estadio y gritaron el gol tan esperado y merecido. Abrazaron al goleador que, fiel a su costumbre de no bramar conquistas, no hizo más que disimular una sonrisa.

En este punto, el partido siguió de la misma manera: Sholem en busca de la victoria y El Redondel aferrado al empate que le servía para mantener la diferencia. Pero el equipo local tenía un plus: su gente. Y cuando el partido no disimulaba su empate, que parecía ya definitivo, Jhony Ce volvió a frotar su lámpara y con un precioso pase de veinte metros habilitó a NicoMicos quien definió en forma Maxirodriguiana por encima del arquero. Ya todos sabían lo que vendría, pero nadie lo diría: tendría que concretarse. Pero un inadaptado, de esos que abundan en el fútbol argentino, lo dijo. Gritó gol. La caprichosa dió en el maldito poste y salió pidiendo perdón. Se ahogaba el grito de la tribuna en nudos de gargantas. Y El Redondel aguantó el empate.

Hasta el córner final. Que no terminó en nada pero fue emocionante. Mientras Geriátrico transitaba la distancia que lo separaba de la esquina del campo, la gente explotó. “Vamos Sholem, vamos, ponga huevo que ganamos.” Lágrimas. Emoción. Apoyo. Empuje. Choripan y morcilla.

Cuando el cronista, Tomás Schuliaquer, se acercó a agarrar el bolso después del partido, en un desolado campo de juego. Vio venir un caminante detrás del arco más lejano a la entrada. Al principio se asustó. Mas después, reconoció al individuo que se le acercaba: eran el 10 rival. El jugador del equipo contrario se acercó a este escribiente y le dijo: Buen partido. Gracias, le respondió quien escribe estas independientes líneas. Cuando ya enfilaba para el auto, quien les comunica este suceso notó que el rival quería comentar algo. Así que preguntó: pasa algo?. Sí, respondió el habilidoso contrincante y declaró entre lágrimas de sudor, admiración y miedo: “Almafuerte late.” Respondió sin mirar a los ojos a su interlocutor y se alejó, como antes había aparecido, en la oscura nubosidad de la noche de Ezeiza. El cronista, sorprendido por esta respuesta y mientras pensaba que estaba a punto de comer choripan con sus compañeros de equipo, pensó para sí mismo: “El invierno está encantador.”

Messidona:
La hinchada. Más de una centena de personas se hicieron se subieron a la Richieri para
acompañar al equipo y alentaron en todo momento. Aplausos y erecciones para ellos.


Adonai:
Parrilleros, nombrando a algunos: Gonorrea y FacaMoco (más los compradores, La Vaca y
BengaLarga). Gracias a ellos, la unión del plantel está más fuerte que nunca.


Franquito:
NicoMicos. Se aseguró de que el árbitro no lo viera y metió un desleal manotazo en la espalda del jugador rival, que lloró hasta el final del partido. Bien, Nico. Gran Franquito.


Fusetti:
El DT rival. Cuando terminó el partido gritó: “Bien muchachos! Nos rompieron el orto y no
pudiieron ganarnos.” Inédito.

2 comentarios:

lucho dijo...

Espectacular lo de ayer, se la paso muy bien lastima que no le ganamos a esos amargos pero una gran alegria volver a la quinta, y es mas lindo recordar lo de ayer sin que este Fede amigo, se lo imaginan marcando a los pelados de arriba? mamita.

saludos para todos, lucho

Yorugua dijo...

Que lindo, que emoción! Bien por el redactor que se animó a sumar su aporte al blog.
Se los extrañó. Espera que se repita otro asadito pronto. Necesito una buena parrilla!!
Fede A