
Por Federico
"Charrúa"
Amigo
Mojarle la oreja a un grande engrandecía la tarea y también la ilusión. Ganarle a un equipo como Mc Abbi siempre tiene un gustito especial, diferente, épico. Además, como dijo un experimentado goleador, el rival
era ideal para marcar un punto de quiebre. Los números, esos que dicen que son fríos como un témpano, no dejan una mueca alegre. Como el último domingo, Sholem Buenos Aires sacó uno sobre seis. Sin embargo, el análisis del partido de 180 minutos arroja signos vitales y deja varios valores para repetir.
Los duelos tuvieron algunos factores comunes. El Tricolor debió resignarse a jugar poco con la falta. McAbbi monopolizó el balón durante gran parte de ambos encuentros, aunque con algunos matices. Sin fisuras desde la entrega y la lucha, la Reserva no encontró el mecanismo para incomodar un poco más el aceitado circuito futbolístico de los celestes. Encima, padeció un gol tempranero y otro en el cierre del primer tiempo. Dos cachetazos, en el peor momento. Dos golpes anímicos de esos que duelen y desganan.
El resto hay muy poco para lamentarse. Tuvo la actitud, la concentración y la tensión necesaria de un partido de este calibre. Quizás le faltó animarse a jugar un poco y pensar más en sus fortalezas -inegables y visibles- que en el nivel -también indiscutible- de los pibes de McAbbi.
La Primera, en cambio, tomó nota y supo anular el buen dominio de pelota del rival. Lo intranquilizó, le cortó sus principales armas de ataque y lo dejó en un ataque de nervios con el 1-0. La Bruja Bersusky se subió a la escoba, recorrió varios metros, aprovechó el movimiento de sus compañeros para ganar terreno y desenfundó un derechazo al ángulo -laaaa puuuuucha, qué golazo!- para romper el cero.
¨Como me motivó esa charla. No me importa nada, rompo el reglamento y jugamos con 12¨, lanzó una voz antes del comienzo del encuentro de la Primera. Y las palabras iniciales sirvieron. El Tricolor mordió en
toda la cancha, la línea de fondo fue una muralla y Risitas Mellamed se adueñó de su quintita con la ayuda imprescindible de Nicorreloco y Laucha Lauti. De mitad de cancha en adelante, Gas (ay!) Gus y La Bruja Bersusky aguantaron la bola, crearon peligro y manejaron los tiempos del equipo hasta que el físico les pasó factura. Y se quedaron en reserva.
El partido parecía abierto para que Sholem estampara una ventaja definitiva. McAbbi carecía de profundidad, la defensa del Trico se mantenía con total firmeza y el contragolpe se presentaba como el arma letal para liquidar la historia. Pero los celestes fabricaron una buena jugada colectiva y lograron el 1-1 que ya no se movería. Porque Laucha Lauti sacó un remate apenas desviado. Porque el travesaño salvó el arco del Almirante Damo y porque, a falta de pocos minutos, los dos equipos sellaron un pacto de igualdad. Como el pasado domingo, Sholem no cosechó lo que sembró. Sin embargo, se retiró con la cabeza en alto y el cuerpo erguido. Sabe que si sigue en esta línea, los resultados serán sólo una cuestión de tiempo.

Messidona. MARTÍNez Gullota. Fue el responsable de que el partido terminara 0-2. Sus atajadas -tapó, al menos, cuatro mano a mano- evitaron una abultada derrota. Si se serena y encuentra su armonía zen, seguirá en franco ascenso.
Adonai. Tailandés Gus. Promediaba el complemento, el partido estaba áspero y Tavito apareció para meter una pincelada, un toque de distinción. Caño perfecto a lo Riquelme y viaje directo a la crónica. ¨Beeeeelleeeeezaaa, nene!¨, diría el Bamba. La Pucha Bersusky. Por su golazo ya merecía el galardón. Pese a su falta de respeto constante e injustificada hacia la prensa -lease este Mono redactor-, Donda sacó panza y manejó un equipo que encontró oxígeno cada vez que la pelota estuvo en los pies del nueve.

Fusetti. Los viejos. Vinieron emporifollados con camperas de cuero, gorrita y/u anteojos, aires de divos y un look que poco representa su sobrada experiencia. Encima, para seguir demostrando que están a tono con la nueva camada del Tricolor, se clavaron una milanga con fritas, empanadas y, eso sí, una bebida sin gas. Así, Quiquim Barbieri y Clemente Beszquin dejaron en claro el motivo de su alejamiento de las canchas.

Franquito. Ídem. Lo condena su prontuario, su caudalosa historia de patadas y rojas. Algunas rumores indican que estaba cansado de que otros gozaran con su premio y reclamó copyright, derechos de autor y regalías. Sí, sí, Franco Davin recuperó su corona. ¨Fui a la pelota¨, explicó luego de romper récord de levantamiento de pierna derecha. Registró 1,23 mts.
5 comentarios:
la frase esta sacada de contexto
licha
la frase esta sacada de contexto
licha
la frase esta mal
y yo me referia a un jugador de mac abbi que tenia un brillo en la nariz
peor que tn lo de la redaxion
la frase esta mal
y yo me referia a un jugador de mac abbi que tenia un brillo en la nariz
peor que tn lo de la redaxion
Ayer el Senado repudió toda intimidación a periodistas. Desde esta humilde morada, nos sumamos al enérgico rechazo a los embates contra la prensa y repudiamos los duplicados ataques del SR.Licha. También dejamos constancia de los escandalosas y repetitivas injurias del Sr. Dario La Pucha Bersusky quien, además, deberá responder y argumentar sus dichos ante la Corte Suprema de Maryland. Sin más, saludamos atentamente a los jugadores de Sholem. La redazzionee.
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