
La premisa era ganar, firmar la partida de defunción de Chalom. Sin embargo, la visita sorprendió, se puso 2-0 y Sholem debió conformarse con una igualdad sufrida. Terminó 2-2 con goles de Cofi y Shanti. La Reserva sigue en franca mejoría: goleó 4-0 y apuesta a la pelea de arriba.
PorFederico
"ñoqui"
Amigo
El partido tuvo sus quince minutos de furia. El primer cuarto de hora fue para el infarto. Dos milanesas de carne y una de pollo, fritas y ensalada. Por si fuera poco, un plato de noquis de regalo. Ese lapso tuvo todos los condimentos. Se jugó a la perfección. Sin fisuras y raspando en todos los sectores de la mesa. Cucuruchito distribuyó las fritas con criterio, Clemente le dio una clara salida a las milangas y Yorugua le hizo marca personal a los ñoquis. Hasta los 15 minutos, Sholem desbordaba felicidad. Pero un zapatazo furibundo del 17, puso el 1-0 para Chalom y el almuerzo quedó atragantado. Desde allí, el duelo giró 183 grados.
Hasta el gol, había pasado poco y nada. El Tricolor tenía la redonda, pero no la daba buen destino. Y la visita tenía un libreto: despejar sin vergüenza cada pelota cerca del área y apostar a la inteligencia del tridente ofensivo. CorsAdrian tuvo la paridad en sus pies y la dilapidó. Hizo todo bien. Recibió en el área, usó al marcador para girar, pero cambió potencia por sutileza. Y erró.
El primer tiempo del olvido terminó con un penal infantil. Franquito Davin se comió el quiebre de cintura de Juan Barbas, lo achuró y el árbitro cobró penal. 2-0 y a luchar. Antes del final de los 45 iniciales, Sholem ejerció presión desde la pelota parada, pero siempre le faltó el último toque.
¨Mal. Tres minutos del segundo tiempo y perdemos 2-0. Chau, chau”, respondió un seco AspiRub cuandó sonó su celular. Desde ese llamado –¿divino? ¿providente? ¿mesiánico? ¿sa(N)tánico?-, nada cambió. El Trico tuvo empuje, ganas y muy poca claridad en los metros finales. Apenas mostró alguna arremetida de La Pucha, el voluntarismo del Laucha y las corridas de Ratón Mikey.
Montado en su amor propio –casi como única bandera-, el equipo dirigido por la dupla fue. Entró en el tiempo del cómo sea: centro a la olla, pum para arriba y acercar peligro priorizando fin sobre medio. Y la esperanza renació con Lorito. Cofiman recibió una gran asistencia de Nicoratón, desenfundó un remate débil y esquinado y el arquero hizo el resto para decretar el 1-2.
Allí, emergió un protagonista que no estaba en los papeles: el hombre de negro. Le mostró la roja a dos players de Chalom, dudó en los fallos a favor de la visita y le dio casi todos al local. Y el Trico no dejó pasar el tren. Ratón escaló otra vez –ahora por derecha-, lanzó un centro exacto –¿el primero del año?- y Shanti cabeceó con el manual en la frente para iniciar el delirio, la suspensión y otras tantas yerbas.
A priori, un empate tenía saber a derrota. Sólo los tres puntos cotizaban en alza en la escala de valores de ColoColo-ComuRub. Sin embargo, el trámite del partido obligó a cambiar la pizarra y bajar las exigencias. Otros cinco minutos podrían haber signficado el triunfo, pero entra en el terreno de lo ficticio, lo hipótetico.
Si la Selección –como evaluó Maradona- está meada por el Increíble Hulk, a Sholem no le alcanzan los comics y los personajes de fantasía para graficar su presente. El vaso medio lleno muestra una remontada a los ponchazos y con una pizca de ayuda extra, pero recuperación al fin. Toda una rueda falta para llegar al final del camino. Esa es la mejor noticia para el Tricolor. El fixture todavía entrega facilidades para despertarse. Ahora Sholem tendrá la mochila de demostrar que en 2008 no vendió espejitos de colores.
Messidona. Shanti. Jugó en Reserva, facturó y asistió en la gran goleada. Después, le puso la frutilla al postre con el empate agónico en Primera. Frentazo y a cobrar. El hombre de Shan Ishidro se ganó la foto de tapa en el Sholé.
Fussetti. El Trico. Nunca supo cómo ni a qué jugar. Careció de claridad y fue puro empuje. Sufrió las ausencias y le faltó peso y dinámica de tres cuartos hacia delante. Tendrá que recuperar la memoria si quiere salir del pozo.
Adonai. Anguila Rub. No perdió la calma y aplicó la cuota de mesura necesaria desde la conducción. Puso paños fríos y cerró el domingo con un llamado a la reflexión.
Franquito. Franquito. En el día del niño, regaló un penal y le dejó su marca a Chuck Norris Chalom. Pegó siempre que pudo y, en general, sin criterio. Zafó de la amarilla (Este cronista espera no recibir represalías el martes por la mañana).
5 comentarios:
Nonono, estas cronicas tienen que volver, vuelven las cronicas, vuelve la alegria, vuelven los puntos... el primer parrafo no tiene desperdicio...
abrazo y nos vemos el martes... para comer unas buenas milangas
Gusti
Que lindo recibir nuevamente una crónica! No te vayas nunca Amigo!!
Fede querido,
Espero que crónicas como esta se repitan cual milangas!
Abrazo,
Giba
Ya era hora que vuelvan las crónicas, por eso no habia motivación!!!
Abrazo,
Shanti.
Aprovecho la oportunidad para rendirle pleitesia a mi gran amigo El Cofi, siempre presente y que se anoto en la red aportando su cuota de jerarquia.
Por otra parte, un pedido a la solidaridad, que alguien le mande a german un pase de regreso lo antes posible.
Saludos!
El inagotable Ruso
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